La Reserva de Serengeti
El Místico Kilimanjaro
- Location
- Duration
- 8 Días / 7 Noches
- Season
- Junio - Enero
- Horses
- Razas locales y pura sangre
- The Riding
- 4 – 6 horas por día
Day by Day
Día 1. Entrar en sintonía.
Aterrizaje en el aeropuerto internacional de Kilimanjaro. Te buscamos y conducimos durante alrededor de media hora hasta llegar a nuestro refugio. El primer paso de toda travesía es, primero, entrar en sintonía. Conocemos los alrededores, el aire de África, a los demás participantes, y, mientras cenamos, recibimos la información necesaria para internarnos en la sabana al día siguiente.
Día 2. Mirar el desafío de frente.
Nos levantamos con café o té y nos disponemos a partir: nuestros caballos nos esperan en el parque nacional Arusha. Ensillamos, montamos, miramos el desafío de frente. Una vez que avanzamos, notamos que la vegetación cambia drásticamente de campo abierto a vegetación densa. Podemos ver elefantes, búfalos, leopardos, y especies exóticas. Ya no tenemos la seguridad de ver a lo lejos; solo vemos lo inmediato, lo cercano, lo inminente. Ese es el espíritu de África: una realidad que espera agazapada. Luego de almorzar continuamos viaje. Pasamos por la antigua casa de Margarete Trappe, la Dama de Hierro de la Primera Guerra Mundial a quien le fascinaba andar a caballo por la zona. Llegamos al campamento, al pie del monte Meru, sobre el atardecer.
Día 3. Cabalgata intensa.
Si tenemos suerte, nos despertamos con los simpáticos monos Colobus. Desayunamos y cabalgamos hacia donde se filmó la película Hatari, protagonizada por John Wayne. Luego hacemos valer nuestra resistencia para escalar al Arco de la Higuera. Llegamos a la selva tropical, sobre una cascada, y almorzamos junto al sonido de la selva, las hojas, con animales testigo que nos observan desde las sombras. Regresamos al campamento y tenemos la opción de subir a la camioneta y visitar los lagos Momella. Quizá, con algo de fortuna y si somos sigilosos, veamos hipopótamos y aves acuáticas. Cae la noche sobre el lago y, cuando vemos las estrellas espejadas en el agua, volvemos al campamento. Ducha, cena y a descansar: mañana será otro día.
Día 4. En dirección al Kilimanjaro, la cultura masai y una búsqueda atávica.
A esta altura del viaje entendemos que el sueño no es más que un paréntesis en nuestra aventura, una pausa para asimilar que estamos en África, en la sabana que linda con la selva, y que al fin y al cabo pisamos el suelo donde todo empezó. Quizás por eso la conexión con África tenga algo de atávico, de ancestral. Nos levantamos, desayunamos y continuamos con la búsqueda, una búsqueda no menos interna que externa. Dejamos el parque nacional Arusha y vamos en dirección al Kilimanjaro. Aprovechamos la frescura de la mañana para avanzar lo máximo posible, antes de que nos golpeen los rayos del sol. Atravesamos las tierra de cultivo de Tanzania y la estepa de Masai, nos cruzamos con culturas locales. Almorzamos y recuperamos energía, antes de continuar viaje y llegar al próximo campamento junto a la caída de la tarde.
Día 5. Abarcar la inmensidad con la vista.
Nuestro viaje es, ante todo, movimiento. Nos levantamos, desayunamos y emprendemos la búsqueda del mamífero más grande del mundo: el elefante. Buscamos en zona de matorrales gruesos, en bosques de acacias. Queremos ver al elefante, acaso porque sabemos que ver, abarcar la inmensidad con la vista, es una manera efectiva de sentir y que, al fin y al cabo, estamos en África para dejarnos abrumar por las sensaciones. A la tarde hacemos otra cabalgata y volvemos al campamento para disfrutar de este remoto lugar perdido en el centro del mundo, al aire libre, con los sonidos de la naturaleza de fondo.
Día 6. Vigilar y ser vigilados.
Nos levantamos temprano, desayunamos, montamos a nuestros compañeros equinos y nos dirigimos a las Siete Colinas. Una vez que las cruzamos, atravesamos Sinya Village y nos detenemos a almorzar a la sombra. El terreno varía: hay espacios abiertos y zonas boscosas. Tenemos buenas posibilidades de ver cebras, jirafas, y ñus, además de lo más importante: el antílope tímido, el Gerenuk, que vigilamos a medida que avanzamos, aunque más certero sería decir que nos vigila. Pasamos la noche en un lugar asombroso, donde, si el cielo está despejado, nos sentimos rodeados del monte Meru, Namanga, Longido, y el más legendario, el más imponente, Monte Kilimanjaro.
Día 7. Tras las huellas del elefante.
Nos levantamos y nos dirigimos a la frontera con Kenia. Dedicamos el día a rastrear las huellas del elefante, el animal más grande y uno de los más misteriosos de la fauna africana. ¿Por qué nos atrae tanto el elefante? ¿Qué revelación esperamos ver en su caminar, en la manera de levantar la trompa, de relacionarse con sus pares? Imposible saberlo de antemano, tal vez averiguarlo sea el motivo por el que nos internamos en la sabana durante todo el día. Vemos la fauna en la llanura, los animales que interactúan, se mueven, están atentos a los depredadores. Esperamos que la noche sea cristalina para ver, además de las montañas que nos rodean, el cielo azul.
Día 8. Despedida.
Último día de safari. Nos despedimos de nuestros compañeros, los caballos, que no fueron menos protagonistas que nosotros. Desayunamos y volvemos a la civilización, a la zona segura, tres horas por carretera antes de llegar al aeropuerto. Para quienes viajan tarde, hay una sala de espera en nuestro club de refugio.