Playa, rocas, ríos en el borde de Africa

Día 1. Bienvenida.

Aterrizaje en East London, traslado a Kei Mouth. Después del paseo, vamos a la playa a conocer la zona y a nuestro compañero, aquel sin el cual el viaje no sería el mismo: nuestro caballo. Luego cenamos en la casa de huéspedes de Kei Mouth.

Día 2. Empieza la travesía a caballo.

Vamos a los establos y cabalgamos río abajo hasta llegar al ferry, que nos llevará por largos tramos de playa. Conocemos unas cascadas escondidas, soterradas para los turistas y que por lo tanto solo disfrutamos nosotros, y nos damos un baño. Ahí almorzamos. Luego nos dirigimos a alguno de los dos hoteles, uno mejor que el otro: Trennerys o Seagulls. Ambos están en la playa, ambos ofrecen servicios de confort y relajación para constituir la otra cara de Sudáfrica, una cara que se complementa a la cabalgata intensa y sin respiro.

Día 3. 40 km a caballo por playas, colinas y arena.

La sensación es la siguiente: despertar con el sonido del mar, con la soledad de sabernos en algún lugar al borde de África, entre la tierra y el mar, entre la civilización y la naturaleza ancestral. Hoy nos toca cabalgar 40 km por playas, colinas, montículos de arena y asentamientos rurales. Después del almuerzo, sobreviene una serie de playas extensas que nos permitirán galopar a toda velocidad en la inmensidad y sentirnos parte de ella. Nos alojamos en el hotel Mazzepa Bay, donde relajamos los músculos y el espíritu para mañana seguir viaje.

Día 4. The Gorge: cabalgata y relajación por partes iguales.

La próxima etapa es “The Gorge”, para lo cual atravesamos una ruta de barrancos y terrenos difíciles, ríos, valles y finalmente vuelta al mar. Llegamos a Kob Inn, un lugar ideal entre las rocas para relajarse y admirar la playa. Las intensidades del día se compensan: por la mañana se cabalga, por la tarde se descansa y disfruta en modo contemplativo.

Día 5. Día de cabalgata absoluta.

Hacemos 20 km por la costa a lo largo de playas protegidas, ensenadas secretas y lagunas hermosas. Las condiciones del terreno varían de acuerdo a múltiples factores, entre ellos el clima y la marea. Elegimos un buen lugar para hacer picnic y nadar en la laguna. Luego volvemos al hotel, donde por la tarde disfrutamos de unos tragos y cenamos.

Día 6. Otro llamado al borde de África.

Otra vez la costa. Otra vez el llamado al borde de África, al límite de la tierra, al comienzo del mar. Nuevamente, de la marea y el clima depende el estado de los ríos, valles y playas de camino al hotel Wavecrest. Cabalgamos unos 30 km y, por la tarde, podemos elegir entre entregarnos al relax o explorar los manglares en canoa. En cualquier caso, pasamos la noche en el Wavecrest.

Día 7. Nos abrimos paso por la playa.

Volvemos a Kei de la mejor manera: cabalgando. Abriéndonos paso por la playa, merced a los caprichos de la marea y del clima, dos factores que hacen imprevisible nuestro viaje pero al mismo tiempo lo fortalecen. Almorzamos mientras los caballos descansan, y a la tarde volvemos a Kei Mouth, donde se encuentra el hotel cuyas camas nos regocijan una vez más.

Día 8. Despedida.

Nadie ignora que las despedidas son tristes, que las acciones movidas por la sensación de despedida producen melancolía. Sin embargo, es inevitable hacer una cabalgata de despedida por la mañana, antes de volver al aeropuerto.