Delta de Okavango + Desierto del Kalahari
Okavango y Kalahari
- Location
- Duration
- 9 Días / 8 Noches
- Season
- Marzo - Octubre
- Horses
- Cruza de razas que incluyen Shire, Boerperd, Frisón, cruces árabes, cruces de Cuarto de milla
- The Riding
- 4 – 7 horas por día
Day by Day
Día 1. Bienvenida.
Desde el aeropuerto de Maun, estamos a solo 30 minutos en coche hasta el extremo sur de Okavango, donde comienza el safari en la llamada "área de búfalos". Aquí, los caballos están esperando; el equipaje se carga en mekoros y se transporta al campamento mientras los invitados montan y se aventuran a caballo en el Delta.
Día 2. Primer encuentro con elefantes.
Explorar este desierto de agua a caballo es sin duda inolvidable, en particular el primer encuentro con elefantes, una experiencia que no se parece en nada a verlos desde un vehículo. Antes de que se ponga el sol, cabalgamos a un campamento aislado en una hermosa isla remota.
Día 3. Todo depende.
Lo que hagamos este día depende de los niveles de agua, los movimientos de fauna silvestre y la duración del safari. Sin embargo, cada lugar es exquisito, ya que hay una gran variedad de islas cubiertas por las sombras de los árboles.
Día 4. Antiguos senderos de elefantes.
Nos despertamos temprano y tomamos un desayuno ligero alrededor de la fogata, al amanecer. La mañana se pasa a caballo, siguiendo antiguos senderos de elefantes, buscando una variedad de vida silvestre, disfrutando de la prolífica vida de las aves y dando vueltas por las llanuras recientemente inundadas.
Día 5. Jirafas, búfalos y antílopes merodean.
Las manadas de búfalos pueden estar cerca, las jirafas merodean los alrededores y el antílope lechwe nos salpica desde el agua, mientras que el kudu se asoma desde los matorrales. Regresamos al campamento para almorzar y tomar una siesta a la sombra densa de los árboles gigantes. Hacemos un paseo nocturno meditativo escuchando los sonidos de los arbustos y el resoplido y el chapoteo de los caballos, antes de regresar al campamento para cenar bajo las estrellas.
Día 6. Rumbo a los salares.
Empezamos relajados, ya sea con un paseo a pie o una navegación corta, luego nos vamos en avión a los salares de Makgadikgadi. El nuevo campamento es sencillo pero cómodo: cuenta con una librería de paja, una sala de estar y una piscina para refrescarnos. Por la tarde hacemos una cabalgata introductoria para entrar en sintonía con nuestros caballos y echar un vistazo a la zona. Luego cenamos y guardamos los caballos, antes de que salgan los leones a hacer su recorrida nocturna.
Día 7. Dunas y salares, ideales para recorrer a caballo y avistaje de fauna.
Al amanecer, desayunamos ligero y hacemos un largo paseo por la mañana a través de la "Tierra de las mil islas". Varadas en el antiguo lecho del lago, estas dunas de arena cubiertas de palmeras son una de las zonas más bellas y fascinantes del desierto de Botswana. Las islas y los pastizales cercanos están inundados de cebras, ñus, liebres y avestruces y, por supuesto, los depredadores que los acompañan. Las montañas de sal entre las islas constituyen un buen lugar para recorrer en nuestros caballos. A la tarde volvemos y nos refugiamos a la sombra para evitar el sol. Podemos utilizar la piscina. Luego, salimos a avistar las especies propias de las zonas áridas, como gacelas y hienas. A la noche, volvemos en camioneta en plena noche. Los faroles iluminan animales que se cruzan en el camino y que no es posible ver a la luz del día.
Día 8. Baobabs y el origen milenario.
Hoy viajamos hasta el campamento Xau Xai, al este. Dejamos las salinas y nos adentramos en bosques de mopanes y acacias, junto a praderas extensas que nos permiten levantar velocidad y galopar en dirección al horizonte. Es posible que veamos al kudu y algún que otro elefante. A la hora del almuerzo llegamos al Bosque Baobab, llamado así por los milenarios e imponentes árboles baobabs. Almorzamos. Si miramos con detenimiento, podemos encontrar objetos de la Edad de Piedra. No es raro: al fin y al cabo, estamos en donde se originó la humanidad, en el comienzo de todo. Luego seguimos viaje hasta llegar al campamento y allí descansamos, tumbados, en conexión con las estrellas y la naturaleza.
Día 9. En busca de las suricatas.
Nos levantamos con café humeante y nos preparamos para salir en busca de las suricatas. Las buscamos a pie, ya que son una especie que se encuentra protegida. Las suricatas no son mansas por naturaleza, pero se acostumbraron al contacto humano. No es imposible que, por ejemplo, en un día de frío una de ellas se acurruque contra nuestro cuerpo. Las vemos interactuar, moverse, dominar su entorno. Es una de las experiencias más extraordinarias de Botswana. Luego, es hora de volver a casa.