Namibia mucho más que arena

Día 1. Primer día, nuestra vida no volverá a ser la misma.

Aterrizaje en Windhoek’s Hosea Kutako, donde combinamos el traslado para pasar la noche en nuestro albergue. Nos preparamos para la aventura: el desierto más antiguo del mundo por el que, hasta hace 65 millones de años, se desplazaban los dinosaurios. Recibimos una charla de seguridad y nos vamos a la cama con la certeza de que nuestra vida nunca será la misma.

Día 2. Comenzamos la travesía.

Llegamos a Twyfelfontein, sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se trata de unas rocas en las que nuestros antepasados ancestrales dejaron pinturas y representaciones inmortalizadas en la piedra. Entrar en contacto con mensajes tan antiguos no puede hacer más que exaltar nuestros sentidos, ver que, en el fondo, nos estamos comunicando con una parte de nosotros mismos que vivió en otro espacio y otro tiempo.

Día 11. Adiós, desierto.

Despedida. Dejamos el desierto, o mejor dicho, el desierto nos deja a nosotros. Hemos atravesado el desafío, nos hemos convertido en alguien más, hemos sido uno con el caballo, y, por último, hemos sido parte del desierto y ya no volveremos a ser los mismos. La partida es desde el aeropuerto de Windhoek, después de las 15 hs.