Los 5 grandes de Sudáfrica

Día 1. Una experiencia nueva.

Te recogemos en el aeropuerto de Hoedspruit, o Phalaborwa, o bien Johannesburgo, ya sea con nuestra transfer o por tu cuenta. Nos trasladamos al refugio Wait a Little, con una vista espectacular al río Makuthswe recubierto por ébanos africanos. Dado que en los próximos días nos adentraremos en la naturaleza más profunda, recibimos una charla de seguridad y recaudos a tener en cuenta. La primera cabalgata es exploratoria y, además de conocer nuestro caballo, tiene como fin despojarnos de la persona que éramos antes del viaje y dejarnos envolver por el universo africano. La cena incluye vinos especialmente seleccionados, y las tiendas son de lona y techo de paja con baño privado y duchas externas. La combinación entre naturaleza y confort no podría ser más equilibrada.

Día 2. A merced de la naturaleza africana.

Nos levantamos con un desayuno liviano. No hay una planificación rígida, todo depende del clima y de los animales que encontremos. La actividad física es una parte central de la travesía: saltamos troncos, esquivamos arbustos.. El almuerzo, preparado por nuestra querida Ana, puede incluir quiche, quesos, pizzas o pancakes. Luego nos tomamos un par de horas para descansar: podemos dormir una siesta, ir a la pileta, o conocer más sobre África con un libro de nuestra biblioteca. Por la tarde nos entregamos a una cabalgata tranquila hasta un sector donde podemos ver, con un trago en la mano, el atardecer.

Día 3. El hombre propone y África dispone.

Lo usual es cabalgar de tres a cuatro horas por la mañana, y otras dos por la tarde. En el momento menos pensado podemos encontrarnos con cebras, jirafas, leones, rinocerontes, cocodrilos y chitas, por mencionar algunos A la tarde buscamos un lugar especial para contemplar el ocaso.

Día 5. Hipopótamos y elefantes frente a nuestra morada.

Desayunamos al calor del fuego y nos vamos a la reserva de caza privada Makalali, un área de espacios abiertos donde podemos galopar y aproximarnos a jirafas, cebras y ñus. Asi, de a poco, nos acercamos a XiDulu, el campamento de nuestros proximos dos dias. XiDulu es paradisíaco: el chalet cuenta con duchas interiores y exteriores, piscina y terraza. Desde el deck damos justo a la represa donde descansan los hipopótamos y elefantes. A la tarde salimos con nuestro guía, quien nos contará los secretos de la zona. Luego, a la noche, realizamos otra salida. Podemos ver buhos, galágidos y, quién sabe, quizá leopardos.

Día 6. Entre la densidad de los árboles.

Atravesamos la pradera al galope y practicamos lo que nosotros llamamos bushwhacking, es decir, cabalgar entre la densidad de los árboles. Saltamos troncos caídos que pudo haber talado algún elefante, o tal vez encontremos antílopes o kudus que quieran sumarse a nuestro camino. En la zona suele haber rinocerontes negros; nuestro guía lo sabe y puede llevarnos tras sus rastros.

Día 7. The big five.

Después de un desayuno ligero volvemos cabalgando a Wait a Little. El camino puede depararnos elefantes, rinocerontes, jirafas e incluso leones. Una vez en Wait a Little nos encontramos con el equipo y compartimos una rica comida casera. La melancolía del último atardecer confirma que África marca un antes y un después en la vida de todo viajero.

Día 8. Última vez que ensillamos y despedida.

Nos levantamos temprano y hacemos una cabalgata matutina, con el amanecer, antes de desayunar. La última vez que ensillamos antes de volver a la vida cotidiana, la última aventura con nuestro compañero de aventuras. Luego, un servicio de transfer te traslada al aeropuerto.