En la costa de Namibia

Día 1. La víspera.

Llegada al aeropuerto de Hosea Kutako, en Windhoek. La travesía comprende un espacio intermedio entre el desierto de Namibia y los desfiladeros; prepararnos para cabalgar en terrenos desérticos y zonas pedregosas es parte de la aventura. Recibimos una charla sobre seguridad, y pasamos la noche en Windhoek.

Día 2. Caballo y jinete se hacen uno.

Vamos al desierto y almorzamos en medio del camino. Conocemos la arena, el sol que, impasible, azota desde lo alto. Caballo y jinete se hacen uno para soportar las inclemencias del terreno y del clima. No en vano las cabalgatas en Namibia y alrededores son las más anheladas y, a la vez, las más temidas. Almorzamos comida asada al carbón, en el fuego atávico del desierto, tanto de día como de noche.

Día 11. Despedida.

Decimos adiós al desierto, al mar, a la aventura. Llegado este punto, nos sorprende saber que el misterio, en lugar de atenuarse, no hizo más que crecer. La experiencia seguirá viva en nosotros por siempre, como la llama del fuego de cualquiera de las noches en la oscuridad de Namibia. El avión sale desde Windhoek.