Desierto de Namibia

Día 1. Nos preparamos mental y físicamente.

Aterrizaje en Windhoek’s Hosea Kutako, donde combinamos el traslado para pasar la noche en nuestro albergue. Nos preparamos mental y físicamente para la aventura que tenemos por delante: el desierto más antiguo del mundo por el que, hasta hace 65 millones de años, se desplazaban los dinosaurios. Recibimos una charla de seguridad y nos vamos a la cama con la certeza de que nuestra vida ya empezó a transformarse.

Día 2. Ingresar en la inmensidad de Namibia.

Vamos al desierto, a la nada. Namib tiene una superficie de 81 mil kilómetros cuadrados de desierto; no en vano Namib significa “enorme”. No en vano, además, intentamos adentrarnos en él: queremos ser parte de esa inmensidad hostil. La primera excursión es a las dunas de Sossusvlei. Namibia cuenta con las dunas más altas del planeta, un desafío que cualquier jinete que se jacte de serlo debe afrontar al menos una vez en su vida.

Día 11. Espacio y tiempo y Namibia ya nos dejan.

Despedida. Dejamos el desierto, o mejor dicho, el desierto nos deja a nosotros. Hemos atravesado el desafío, nos hemos convertido en alguien más, hemos sido uno con el caballo, y, por último, hemos sido parte del desierto y ya no volveremos a ser los mismos. La partida es desde el aeropuerto de Windhoek, después de las 15 hs.