¿Por qué Egipto?
Ubicado en el noreste del continente africano, Egipto es un territorio caracterizado por la suntuosidad de sus paisajes y la historia que lleva grabada en sus recovecos más íntimos: viajar a estas tierras supone un traslado tanto en el espacio como en el tiempo. Famoso por sus históricas pirámides, que con razón se encuentran entre las siete maravillas del mundo, su atractivo no se agota allí. Lo fascinante de Egipto no lo encontraremos sólo en sus monumentos sino en la vida de los que aún lo habitan. Su historia y cultura permanece latente en las familias locales, en los callejones, en los pequeños sitios que llevan impresas grandes huellas. Del mismo modo, la paz y el misticismo culminarán cuando, a orillas del Nilo y en términos del escritor Jorge Luis Borges, “fatiguemos” sus “íntimos desiertos”. Aquí, una breve selección de sus aspectos más destacables.
Las mejores vacaciones a caballo en Egipto – Paisajes y geografía
Por un lado, encontramos el Valle o Alto Egipto. Un vasto territorio entre acantilados que delimitan el desierto y las tierras fértiles en las que se desarrolla la vida humana. Allí respiraremos el aire fresco de los verdes oasis que lo constituyen y disfrutaremos de sus paisajes agrarios. Veremos plantaciones de trigo, de caña de azúcar, de frutas y verduras en una llanura rodeada de casas construidas con materiales naturales. Aquí se encuentra el célebre Valle de los Reyes, lugar famoso por ser el lugar donde paseaban los faraones y donde luego fueron enterrados, entre ellos Tutankamón y Hatshepsut. Los descubrimientos de sarcófagos y recámaras son fascinantes: buena parte de Egipto está enterrada y es tarea de nosotros llegar a ella. Desde luego, y de acuerdo al espíritu de Africa Horse Tours, podemos vivir la experiencia a caballo de Luxor: ¿Qué se siente galopar en los desiertos cargados de historia y en las aguas imponentes del Mar Rojo? Si seguimos el curso del río, más al norte, descubriremos que allí no acaba lo verde sino que empieza. El Delta o Bajo Egipto, distinguido por su potencia agraria, posee una extensión de tierras aprovechables dos veces mayor que la del valle. Es aquí, en la zona norte, donde se encuentran las famosas pirámides de Giza y las tumbas de faraones milenarios, recorrido que se puede realizar a caballo durante la experiencia Phantoms of the Desert. Y, por supuesto, a lo largo de estas zonas verdes conoceremos el Nilo, el “padre de todos los ríos”. Con una extensión de 6400 kilómetros, es el segundo río más grande del mundo y no solo sorprende por lo grandioso de sus aguas, sino por haber acunado la evolución de la vida y la economía egipcia. El Nilo es un río que, bien mirado, transforma la manera de entender nuestra presencia en el mundo: ¿cómo es posible que nosotros, simples mortales, tengamos frente a nuestros ojos el río milenario que corre tal como lo hacía tres mil años a.C? Luego, en la parte oriental, se halla el increíble Mar Rojo, aquel que, según los textos bíblicos, Moisés abrió en dos para cruzar hasta la tierra prometida. Nosotros, sin atrevernos a tanto, podemos meternos en el mar con nuestros caballos durante la experiencia Tombs, Pyramids, Pharaohs and The Nile: una cabalgata a través de la Historia. Como ocurre con las demás regiones, este paraíso con playas de ensueño contrasta con las polvorientas y rojizas montañas que lo rodean. Al otro extremo, en el desierto occidental, nos toparemos con Wadi El Rayan, una de las más relevantes reservas naturales del país cuya experiencia a caballo Phantoms of the Desert recomendamos con fervor. Allí confluyen numerosos paisajes: oasis, montañas, rocas y cascadas. Y, si continuamos, el Wadi Hamra estará esperándonos con sus arenas rojizas: un panorama propio de las crónicas marcianas de Bradbury. Finalmente, no hay que olvidar el Sahara, esa área inmensa y enigmática del continente africano. En cuestión de dos siglos, pasó de ser tierra fértil de llanuras verdes, montañas húmedas y valles profundos a convertirse en una zona completamente seca. Esto obligó a sus habitantes a migrar en busca de nuevos territorios, no sin antes dejar sus huellas en innumerables cuevas y rocas. Tal vez lo más increíble no sean tanto las anacrónicas escenas que encontramos pintadas o talladas, sino el hecho de que, luego de tanto tiempo, permanezcan grabadas. Un indicio de que hay memorias que ni el paso del tiempo logra erosionar.
Las mejores vacaciones a caballo en Egipto – Flora y fauna
Cuando mencionamos Egipto, probablemente visualicemos dilatados mantos de arena que cubren todo el suelo y nos agarre mucha sed. Sin embargo, el país no es puro desierto y aridez. Más allá de las dunas del Sahara, descubriremos una flora verde y exótica que parecerá producto de un espejismo. Las regiones del delta, el valle del Nilo y los oasis en medio del desierto concentran la mayor parte de su vegetación. En primer lugar, la agricultura desarrollada en las tierras fértiles del delta nos otorga paisajes rodeados de vides, productos de huerta y flores como rosas, jazmines y lotos. En segundo lugar, en el Nilo podremos encontrar árboles como tamariscos, sicomoros, acacias y algarrobos, propios del país. Pero, sin duda, lo que no faltará ver serán las palmeras datileras, que se extienden a lo largo de todo el río. Ahora bien, en lo que respecta a la fauna, el clima árido de la zona deja muy pocos animales autóctonos a la intemperie. De todos modos, podremos toparnos con zorros, hienas, chacales, asnos salvajes, lagartos y serpientes, entre otros. Pero eso no es todo: en el Alto Nilo tendremos la oportunidad de avistar hipopótamos y cocodrilos. Y, si apuntamos más arriba, veremos todo tipo de aves: gacelas, pelícanos, flamencos, cigüeñas, águilas, halcones, búhos… En fin, son solo algunas de las 300 especies que alberga el territorio. Por si aquello no bastara, el Mar Rojo nos depara una infinidad de colores, texturas y tamaños en la fauna que habita sus arrecifes coralinos. Este oasis subacuático nos enseñará que, a diferencia de lo que nos dicen las pirámides, sí hay vida bajo tierra.
Las mejores vacaciones a caballo en Egipto – Cultura
Con más de 6000 años de antigüedad, la cultura egipcia atravesó numerosos cambios frente al contacto con los pueblos invasores. Así, hoy constituye una amalgama entre su antigua herencia y la de las civilizaciones que han confluido en el territorio durante los siglos posteriores. Aires arábigos, griegos y romanos son algunas de las fuentes de influencia que hacen de esta una cultura extraordinaria. Tierra de historia y monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad, Egipto nos revela en su arquitectura un pasado milenario. Descomunales templos y tumbas faraónicas nos aguardan tras caminos vastos de arena y sol. Pero el mar de arena es inmenso y en él se esconden pirámides, la legendaria esfinge de cabeza humana y cuerpo de león, hogares de fósiles de hace millones de años, y todo tipo de reliquias históricas. También encontramos el Museo de El Cairo, que atesora más de 120.000 piezas del antiguo Egipto. El viaje hacia el pasado egipcio es tan asombroso como inabarcable, sólo es cuestión de animarse a penetrar en sus profundos confines; una buena idea es hacerlo en experiencias que combinan lo mejor de la cabalgata y lo imperdible del recorrido a pie en Tombs, Pyramids, Pharaohs and The Nile. Es ineludible la mención de Luxor, ciudad edificada sobre las ruinas de Tebas, que nos deleitará con sus vistas panorámicas, el increíble Templo de Karnak, el complejo religioso más grande del planeta. Además, cuenta con uno de los museos más importantes del país. En otros aspectos, cabe destacar que sus habitantes son sumamente agradables y acogedores. Por eso, en nuestras experiencias, incluimos noches de alojamiento en casas de huéspedes [ver más en Accommodation Types], a modo de entablar un vínculo más íntimo y adentrarnos en sus costumbres. Además, podremos deleitarnos con su exquisita gastronomía que combina la cocina mediterránea con recetas africanas y de medio oriente. Con ingredientes sencillos y sabrosos, descubriremos platos para todos los gustos, incluso hay muchas opciones vegetarianas en sus menús. Todo preparado por sus humildes residentes. Por todo esto, viajar a Egipto significa mucho más que pasar por el desierto y visitar tumbas faraónicas. Viajar a Egipto significa conocer más de 3000 años de historia que conviven en un presente en común.